Cuando decidí coger este
libro me imaginaba una historia de perros o algún tipo de animal, pues es lo
que me daba a entender el título, pero me equivoqué.
Me advirtieron de que era un
libro que me costaría leer, por muy corto que fuera, pues el autor escribe de una forma muy particular,
sin diálogos, como si fuera todo seguido, pero decidí arriesgarme de todas
formas. Los primeros capítulos me costaba entenderlos y tenía que releerlos
varias veces, pero acabé por cogerle el ritmo y fui mucho más rápido. Como el
autor es cubano, tiene ciertas palabras y expresiones diferentes a las del
castellano que a veces me causaban gracia, como “mamacita”, “chancón”, “su
viejo debía ser un fregado”.
El libro trata la historia de
Cuéllar, un niño que llegó nuevo al colegio y que no le fue difícil integrarse,
gracias a sus altas notas y su forma de jugar al fútbol. Lo ficharon en el
quipo en el que jugaban sus cuatro amigos, y un día, después del partido,
mientras se duchaban, el perro del colegio le mordió y tuvo que ser castrado en
el hospital.
Cuando se recuperó todo
cambió, sobretodo él y la forma en la que los demás lo trataban. Al principio
le iba bien, salía con sus amigos y se divertían juntos, pero todo cambió
cuando los demás empezaron a tener novia. Ya casi no quedaba con ellos y les odiaba por estar con chicas. Cada vez fue
a peor, encerrándose en casa y volviéndose violento, hasta que pasó a ser como
un desconocido para sus antiguos amigos.
El final me deja un poco de
lado y me parece extraño, pues el chico se muere en un accidente de coche y sus
amigos, que ya estaban todos casados, al enterarse ni se sorprenden:
“Cuando venía a Lima y lo encontraban en la calle, apenas nos saludábamos, qué hay cholo, cómo estás Pichulita, qué te cuentas viejo, ahí vamos, chau, y ya había vuelto a Miraflores, más loco que nunca, y ya se había matado, yendo al Norte, ¿cómo?, en un choque, ¿dónde?, en las traicioneras curvas de Pasamayo, pobre, decíamos en el entierro, cuánto sufrió, qué vida tuvo, pero este final es un hecho que se lo buscó.”